jueves, 17 de diciembre de 2009

Natalia Toledo

potssss me encanto esta mujer (la descubri gracias a un tarea de mi hermana :S, tan cerca y tan lejos dice el dicho[chaa si vivo en un mundo muy cerrado u.u] porque no sabia de ella!), lo fockin deep de sus palabras no ma.. les dejo una nota extraida de aqui.


Natalia Toledo nació en Juchitán, Oaxaca, México, en 1967. Pertenece a la Nación Zapoteca. Escribe poesía desde niña, inspirada por su participación en los talleres de escritores de la Casa  de la Cultura de Juchitán. Libros publicados: Paraíso de fisuras, 1992; Mujeres del sol, mujeres de oro, 2002; Flor de pantano, 2004; Olivo negro, 2004, Premio Nezahualcóyotl de Literatura; La muerte pies ligeros, 2005, con obras de su padre, el famoso pintor Francisco Toledo. Ha sido incluida en diversas antologías, entre ellas, Antología de poetas de Tierra Adentro, 1997; La voz profunda, antología de literatura mexicana en lenguas indígenas, 2003 y Words of the True Peoples, Palabras de los Seres Verdaderos, antología de escritores indígenas mexicanos contemporáneos, 2005. Ha participado en encuentros poéticos en Argentina, Venezuela, Francia, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y México. Según Elena Poniatowska: “El amor que Natalia le tiene a las calles, los mercados, las plazas, las calles llenas de baches de agua lodosa lo refleja en su poesía. A través de sus versos, uno recrea Juchitán, los pasos femeninos que dejan su huella en el camino. Dejarse atrapar por su poesía, es reconocer la voz mandona de las oaxaqueñas, las sandungas, las que mecen al pene dentro de sus enaguas. Natalia, fiel a sus padres, canta en zapoteco y en español e iguana rajada reza, resucita en su voz. A su vez ha dicho la poeta juchiteca Rocío González: “Los poemas de Natalia surgen de intuiciones poderosas que se resuelven en cuadros breves, en imágenes nítidas y precisas y, al mismo tiempo, llenas de ventanas, en versos decantados por lo absoluto del instante. Su fascinación es con ella misma, con la niña que fue y necesita reinventar en los olores y sabores, en la flora y la fauna que aparecen en el lenguaje de los sueños y en el regreso- siempre hay un regreso a ese lugar del que nunca se ha ido del todo: más que Juchitán es la construcción del deseo, la intimidad con la naturaleza, la pulsión de lo inmediato. Más que Juchitán es la lengua en la que se juega, la cadencia sensual que vibra como un hormigueo en los chistes y los dobles sentidos, la transfiguración del dolor en vocales alargadas y cantos en las voces de las mujeres que la inventaron, la lengua que impone la singularización, no sólo de ella misma, sino de todo lo que mira: eso que se parece a la felicidad pero no deja de tener algo perverso, la fragilidad de la niña ante la contundencia de lo real.”

y por si fuera poco tenia un blog y no sabia!!!

del primero que me enamore

Na Tacha
(gunaa rusianda ne raca bidxaa)

Chupa neza za guibá’
die’ guielú na tacha.
Banda’ xtibe gucuabi
ne chupa guca xpiaani.’
Bi yooxho’ bitubi labe ra Calvariu
ra bidxaabe gúcabe ti bi’cu’,
ni bininá ca binni gudxibi guidiladi
zaqueca jñaabe.
Guca xiiñibe chupa ni qui ñale
laca laabe guebe rini xtica’.
Guie’ batana’ na Tacha:
nacaca’ gaayu’ beleguí
liibi dxiichi ni jma nadipa’
binibia’ ladxidó’ guidilade’.

Doña Tacha
(curandera y nahual)

Ojos de nubes bicolores
inundan las arrugas de Na Tacha.
La sombra que la dibuja está llena de fisuras
y de vocación dual.
Los vientos la transformaron en el Calvario
convirtiéndola en un perro
golpeado por sus víctimas y su madre.
Tuvo dos hijos que nunca nacieron,
ella misma bebió la sangre de su vientre
para darle vida a su tótem.
Las manos de Na Tacha:
son la pléyade más fuerte
que ha conocido el corazón de mi piel.